Si camino, tropiezo;
Si vuelo raso, choco contra el suelo;
El Sol me repudia, miro demasiado al cielo,
Y la Luna me pone sandalias para que no camine descalzo.
Cuando no me mira, las dejo caer a la Tierra;
Y fabrico sueños que me hagan enraizar;
Que con su gran sombra siembren un hogar;
Y me sirva así en la penumbra de la guerra.
Porque sin vida muero;
Bebo sin sed, como sin hambre;
Vago incesante por tierra de nadie.
Con un hatillo de compañero;
la guitarra de señora;
y el camino de partitura.