Un sofá. Un cuadro anticuado. Papel en las paredes.
Mira. Miro. Un momento. Bah. Ansiedad. Tranquilidad. Vuelta y vuelta.
Brisa de invierno. Bochorno de verano. Luz, día, noche y muerte. Segundo; tic, tac.
Mira. Miro. ¡Qué incómodo!. Mano adelante. ¿Me acerco? Sigiloso. Sí, eso. No, nada. Sueño. Imagino. Planeo y me echo atrás. Sudor, frío, desnuda. No, no, desnuda no. ¿O sí? Respeto, respeto. Lo pide, ¡es que lo pide!
Mira. Miro. Y ya van tres. “Lánzate”. Imposible, caída. Puf. Me voy, no, me quedo. Me callo, pasa el tiempo. Espero, recibo y doy. ¡Espera! Iniciativa, sí, iniciativa. Cara, suave, piel, tacto… Nunca, nunca y nunca. Observo su pelo, perfecto. Su figura perfecta. Y… un segundo, ¿me está besando?