Si he de subir al cielo... que sea despacito; casi como cuando me mezco sobre la luna menguante.
Así podré ver cada persona en el mundo, haciendo sus cosas y mirando cada rasgo del inoportuno horizonte.
No sé si lo que veo ahí delante es producto de una imaginación resuelta, o vana creación del pensamiento oprimido;
el caso es que si me monto en un globo y me pongo de puntillas para mirar, consigo hacer notar mis ansias de mundo.
Consigo mover el destartalado motor que hace girar la nimia existencia que nos une por medio de finos hilos que son
la ocasión y el tiempo perdidos.
Y si me caigo, háganme el favor de no pisarme; mírenme desde arriba, si quieren,
como a Ícaro de alas fundidas sonriendo a la diosa Fortuna. Entonces, el vacío me consumirá, y habitaré en el olvido; y sólo cuando
eso ocurra, gritaré al cielo mi nombre, para que baje una grúa de color azul radiante que me alce sobre las cabezas de los
que, por desdén mío, hacen que la vida sea un maldita montaña rusa.
Pero eso sí, despacito, despacito;
"presiento que éste es el comienzo de una hermosa amistad."
La cueva, Mumford e hijos.
Hace 12 años